El deseo avanza de puntillas
por el ánima
y hace arabescos de plata
enlazando tu mirada…
Esos tus ojos grises
de gata
que penetran, que me llaman,
dan pinceladas al viento
de pasiones alocadas…
y mi corazón desbocado
late y late,
hace regates al tiempo
y escarceos
sobre la piel que te abraza.
Siento mis dedos trémulos
que te exploran
y que avanzan
recorriendo sobre tus sedas
los senderos
que me conducen al alba.
La noche cierra los ojos,
la luna entorna su mirada
y entonces…
esas tus manos me aferran
y se clavan a mi espalda
en estertores convulsos,
en el quemar de las llamas.
Por el horizonte…
el orgasmo, en su bandeja de plata
que viene servido en sueños
y me atrapa…
Pasa fugaz y se pierde
con los luceros del alba
dejando el sabor del azúcar
en tu mirada de gata.
No hay comentarios:
Publicar un comentario