POEMARIO DE CALVARED

Poemas inéditos de Carlos Danoz
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miércoles, 17 de marzo de 2010

UN POEMA PARA ANNA

Mantén firme el timón, enfrenta el viento
y rasga la crueldad de la tormenta
que el mar está al acecho y no lamenta
naufragio que provoca el sentimiento.

Si el puerto está dormido, su escollera
espera entre tinieblas, despertando,
al buque que aún lejano va llegando
audaz como si el mar no lo quisiera.

Mantente en la derrota con tesón
y al faro de las luces de esperanza
boga porque el alma siempre alcanza
el muelle que le muestra el corazón.

Que amar habrá de ser en tu camino
el rumbo necesario y ser amada
la paz que siempre encuentra en la ensenada
el barco cuando llega a su destino.

Y ya mañana en aguas de algún puerto
serás como el navío al fondo anclado
meciéndose en las olas envidiado
por quien está luchando en mar abierto

lunes, 8 de marzo de 2010

FUE UNA NOCHE DE SEPTIEMBRE…

Fue una noche de septiembre,
las farolas se arrancaban
y daban caricias tristes
bajo una luna acallada.

Se encendieron las estrellas
como mil chispas de plata,
bajo el arco de aquel puente
la risa muda del agua.

Ya no recuerdo su nombre
ni los datos de su cara
solo el momento de lumbre
tras el manto de las zarzas.

En los primeros compases
sus labios se me rasgaban
y se perdían mis manos
por las calles de su enagua

buscando sueños de fuego
a la puerta de su falda,
buscando tal vez la llave
de aquella puerta cerrada.

Se despertaron sus pechos
cuando el fuego los llamaba
y allí se durmió el buen nombre
de esposa dócil y honrada.

Nos bebimos el silencio
ya cerradas las miradas
y en el lecho de las hierbas
su vientre ciego esperaba.

Ardía el cielo y la tierra,
los corazones y el alma
y en mis labios sus pezones
ardían como dos ascuas.

Hundidos ya en el delirio
ella bebió de mis ansias,
yo bebía entres sus muslos
el néctar que allí manaba.

Galopamos, no sé el tiempo,
y sin espuelas de plata
nos fuimos metiendo al trote
por las campiñas del alba.

Por un horizonte viejo
la noche se nos marchaba
se nos marchaba la noche
en busca de la mañana.

Un beso de despedida
con una sola palabra,
adiós, dije y en silencio
miré como se alejaba.

Ya no recuerdo su nombre
ni los datos de su cara
ni siquiera como pude
siendo esposa cabalgarla.

Bajo el arco de aquel puente
aún sigue cantando el agua
y la hierba aún sigue fresca
a la sombra de las zarzas.

martes, 2 de marzo de 2010

EL VIENTO

Mueve, en plácido momento,
súbito e incansable el viento
la enramada
en la tarde procelosa
donde brilla en cualquier cosa
tu mirada.

Es el viento de poniente
grácil, cálido e insolente
que me llama
y a tu lado, amada mía,
suena en dulce algarabía
que me inflama.

Es el viento de esta tarde
que en silencio vive y arde
por tu amor
y que arrastra diligente
mi pasión incandescente
sin temor.

Es el viento de tu boca,
del calor que me provoca
este rubor,
es el viento de tu alma
que en mi sed rompe la calma
con ardor.