En mi horizonte tú,
desnuda de tus convicciones,
sola, ofreciéndome tus mieles,
entregándote toda,
con tu alma sobre las manos…
En mi horizonte tu estela,
con tu aroma de lavanda,
con tu sabor de canela,
con el grana de tus palabras…
En mi horizonte tu efigie
esculpida entre promesas,
en el pedestal de los sueños
con las manos extendidas…
En mi horizonte, mi vida
atada sobre tus besos,
encadenada a tus brazos
para comernos el mundo
a la par que nos amamos.
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