El sol escribe sus luces
aguijoneando las sombras,
la tarde yace dormida,
se va consumiendo sola.
Por las piedras del camino
van tropezando las horas,
son los galgos de la vida
en esta carrera loca.
Y nosotros, de la mano,
subiremos a la noria
para ver desde lo alto
este amor que nos desborda.
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