Que lejos estás, mi vida,
¡ay! que lejos estás…
que aunque te lleve en el alma
yo no te puedo alcanzar…
Que lejos estás, mi vida
que mis dedos no te tocan
porque las aguas se cruzan
como un muro entre nosotros.
Solo el deseo naciente
y el anhelo de tu imagen
hacen que rompa el momento
con la magia del recuerdo.
Que lejos estás, mi vida,
¡ay! que lejos estás…
Que aunque te lleve en el pecho
yo no te puedo besar.
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