A las cinco de la tarde
-silencio- la muerte vuela,
galopa sobre la plaza,
prendida en un asta negra.
Lleva clavel en la punta
mugiendo sobre la arena,
y deja la herida abierta
con huevos de la gangrena.
A las cinco de la tarde
la frialdad ya planea,
bata de blanca impotencia
pierde la vida que queda.
Vuela un buitre de muerte
batiendo sus alas negras,
la plaza grita el silencio
y el toro bate la arena.
A las cinco de la tarde
una ambulancia que llega
se lleva la vida muerta
para que nadie la vea.
Flota el formol en el aire,
como una enseña que queda,
el toro muge en la plaza
la sangre tiñe la arena.
A las cinco de la tarde
y a manos de la gangrena
muere vestido de luces
en una soledad queda.
Muere cubierto de estrellas
con clavel en la pechera
ante un altar a la Virgen
quemando aroma de cera.
A las cinco de la tarde...
...solo el horror y la pena
A las cinco de la tarde
se abate el toro en la arena.
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