MUÑECA DE TRAPO

Ayer jugaba la niña,
con su muñeca de trapo,
peinada con dos trencitas
y un vestidito blanco.

Ayer jugaba la niña
al lado del campanario,
su madre escuchaba misa
con cuatro de sus hermanos.

Ayer jugaba la niña
con su muñeca, en el banco,
no pudo ver la embestida
furiosa del coche claro.

Allí moría la niña
con su muñeca de trapo
y un banco roto servía
de improvisado sudario.

Así moría la niña,
en tarde de viernes santo,
como una rosa marchita
de grana, el suelo, manchando.

Así moría la niña,
tan cerca de sus hermanos,
cuando vientos de agonía
su vida fueron cortando.

Quedaban allí, en la esquina,
los escombros de aquel banco
que hacen memoria a la niña
de la muñeca de trapo.