Ya nunca estás...
Hueles a ausencia,
a pertinaz ausencia.
Tu aroma se aleja cada día,
hacia el pasado,
te pierdes en la bruma de los tiempos
y el eco de tus risas
resuena en los últimos acordes...
Oculta en el ayer,
te aferras a esa esquina fría,
donde el aire está viciado
y todo huele a húmedos olvidos…
Y allí, en silencio,
irás muriendo un poco cada día
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