Como una algarabía de narcisos,
así eras tú.
Hoy, ya secos los jardines,
tus pétalos se extienden con el viento
marchitos y arrugados por doquier.
No queda si no un recuerdo lacerante
de un ayer ya tan lejano
que ni ayer es.
Y tú, perdida en la neblina del olvido,
deambulas como brújula alocada
buscando ese norte que no existe
en una esfera de colores transmutados.
Los trinos de tus risas se han perdido
como gotas de rocío que resecas
dejaron el verdor de la esperanza.
Y tú sin verte…
Sin ver como el ciclón de la apatía
arranca sin piedad cualquier recuerdo
y arrasa aquellas vagas intenciones
desgajadas de raíz y las enfanga.
Como una algarabía de narcisos,
así eras tú.
Hoy queda solo brisa sin aroma,
y aquellas tardes que, tronchadas,
yacen muertas.
Hoy queda solamente aquella sombra,
que palpita en mi cerebro
y hace esfuerzos
por un rescate que presumo ya imposible.
Hoy queda solamente aquella imagen…
Hoy queda solamente aquella brisa…
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