Ayer pensé que hoy sería,
pero hoy ya sé que no será.
Sé que tu vuelta no tiene hora.
Y es que tu billete de retorno
se ha extraviado
entre luces fantasmales.
Pasó por el olvido
y se ha quedado
tal vez en otras manos,
no lo sé.
Y aún así, aquí, en mi balcón,
contemplo la ciudad
que aún dormita,
en vagas esperanzas
de hallarte allá,
en el horizonte,
como minúscula azucena,
blanca,
blanca como siempre,
mas las volutas del cigarro de mi vida
trazan desvaídos al paisaje
y no me dejan verte,
el humo de los tiempos
ya no me deja verte…
…Quizás te has ido,
y para siempre…
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