Bate un pájaro las alas,
al hogar de tantos años,
y se encuentra el desengaño
cuando a aquel alero escala.
De su casa, un poco barro
suspendido en blanca cal,
un ridículo retal
el dolor de un cruel desgarro.
¡Ay, de mi, ay de mi casa!
- dice en trino lastimero.
Cuando llora en el alero,
ve otro pájaro que pasa,
un gorrión, engalanado
que volando distraído,
al oír tales quejidos
hace escala en el tejado.
Contemplando la ruina
dice:
- “el hombre es tan malvado
que hundiría su tejado
por no verte, golondrina”.
Dicho así, vuela y se aleja
de la triste golondrina
que olvidando tal inquina
vuelve a hacer su casa vieja.
MORALEJA
No hace daño quien lo quiere,
si no solo aquel que puede.
Que por mucho que el mal ruede
si lo afrontas, nunca hiere.
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