Con un collar de lágrimas al cuello
arrastro, en mi cadena de fantasma,
la herida que infringiste tú en mi alma,
punzado desamor a mi resuello.
Camino tambaleando mi cordura,
de espinas que me sangran los talones,
marchito de quimeras e ilusiones
que huyeron de mi vida con premura.
Ayeres de felices planes nuevos
se hundieron en océanos rabiosos
e inmersos, en sus fauces sin reposo,
quedaron en futuros planes muertos.
Abierto el corazón llevo en la mano
sangrante de claveles moribundos,
buscando, en desespero, por el mundo
tu estela que se aparta de mi lado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario