Fue una noche de septiembre,
las farolas se arrancaban
y daban caricias tristes
bajo una luna acallada.
Se encendieron las estrellas
como mil chispas de plata,
bajo el arco de aquel puente
la risa muda del agua.
Ya no recuerdo su nombre
ni los datos de su cara
solo el momento de lumbre
tras el manto de las zarzas.
En los primeros compases
sus labios se me rasgaban
y se perdían mis manos
por las calles de su enagua
buscando sueños de fuego
a la puerta de su falda,
buscando tal vez la llave
de aquella puerta cerrada.
Se despertaron sus pechos
cuando el fuego los llamaba
y allí se durmió el buen nombre
de esposa dócil y honrada.
Nos bebimos el silencio
ya cerradas las miradas
y en el lecho de las hierbas
su vientre ciego esperaba.
Ardía el cielo y la tierra,
los corazones y el alma
y en mis labios sus pezones
ardían como dos ascuas.
Hundidos ya en el delirio
ella bebió de mis ansias,
yo bebía entres sus muslos
el néctar que allí manaba.
Galopamos, no sé el tiempo,
y sin espuelas de plata
nos fuimos metiendo al trote
por las campiñas del alba.
Por un horizonte viejo
la noche se nos marchaba
se nos marchaba la noche
en busca de la mañana.
Un beso de despedida
con una sola palabra,
adiós, dije y en silencio
miré como se alejaba.
Ya no recuerdo su nombre
ni los datos de su cara
ni siquiera como pude
siendo esposa cabalgarla.
Bajo el arco de aquel puente
aún sigue cantando el agua
y la hierba aún sigue fresca
a la sombra de las zarzas.
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21 comentarios:
Hermoso poema como siempre
pícaro romántico realmente
delicioso, un placer leerlo.
un abrazo cuidate.
Una historia cnatada en canción, una melodía a la que le sobra entonación.
MUy bueno. UN abrazo
Calvared gracias por tu visita
a mi humilde espacio me fortaleces
el alma.
Muchos cariños, que estes bien.
Que tendra septiembre! ¡Que tendrá el amor? que todo lo vuelve poesia.
Hermosos versos
Gracias por tu visita y un cordial saludo
Vaya, un poco de todo, sobre todo picardia y sentido del humor...
Un besino
hermosa lírica, mi apresiado amigo.
un abrazo
Impecable poema...
Tan ella en los recuerdos
Con su rostro en el olvido.
Un cordial saludo.
Dani..
Muy bueno, realmente.
Ha sido un lujo, conocer tu blog.
Te dejo un abrazo.
bueno bueno como está D. Carlos, será la proxima primavera que pone sal, pimienta y picante a estas bellas letras.
Por cierto majo no me digiste que te habías apuntado al encuento, me entere en el blog, te daré una colleja la semana proxima.
Un abrazooooooo..
Rocío
Me transportaste a Lorca con esta temática y se sigue dando puntal al mundo que en esto de las emociones no siempre se saben manejar las riendas.
Carlos, estos cuartetos te quedaron fabulosos en la imagen y dá gusto venir a escuchar buena música (ejem ejem...será que la conozco) y leer poesía desde una genial pluma.
Besos.
Anna Francisca
Romance lorquiano con una intensidad desbordada.
Saludos.
Pues si bellos versos se nota que te gusta Lorca.
Besos y amor
je
Ah! se me olvidaba gracias por tu visita "todo sucede a un tiempo"
Besos y amor
je
PD
Apenas escribo allí.
Cuanta pasión desbordan tus versos Carlos. La debilidad humana nos lleva a veces por derroteros prohibidos y nos sumimos en el éxtasis de lo robado. Hermoso.
Un saludo cariñoso. Hace tiempo que no te visitaba. Me estaba perdiendo de algo bello
Carlos, me recuerdas a Lorca con tus letras y es bello leer tu poema e imaginar y recordar otro septiembre. Besos, cuidate amigo.
Hola Carlos
Bienvenido a Cafe Literario. Te mandamos un abrazo lleno de afecto.
Karla, Pentrova y Vickie
Cafe Literario
Presioso, me encanta, es precioso..
Besos
Jacquie.
Hola Carlos
Se nota tu admiracion por Federico Garcia Lorca, me has llevado a ese poema de la Casada Infiel. A mi tambien me encanta como escribia Lorca, es uno de mis escritores preferidos. Me gusto mucho como fuiste acomodando los versos, bien llevados, ritmicos y con una buena historia.
Un abrazo
Vickie
Hermoso poema acompañado de una música que relaja los sentidos.
Felicidades!!!!
besos
Forte.
Belamente forte.
Me gustó mucho escuchar este poema en el encuentro del sábado. Apasionado y bello, profundo de los que no dejan indiferente. Un placer conocerte, Carlos.
Un fuerte abrazo y hasta siempre
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