jueves, 30 de octubre de 2008
PRENDADO DE TUS PETALOS DE ROSA
no siento de tu tallo las espinas,
después de tanto tiempo aún me fascina
hallarte , amada mía, tan hermosa.
Mirarme en tu pupila primorosa,
doblando del dolor tantas esquinas,
es juego de mi amor que no termina
por ver de hallarme en ti, querida diosa.
Ansío el néctar dulce de tus labios,
alada mariposa de pasión,
y el toque de la seda, en dedos sabios,
que me haga hacer olvido a la razón
y escriba melodía en los agravios
que mueren más allá del corazón
lunes, 27 de octubre de 2008
SUEÑO LA FRONTERA DE TUS LABIOS
Sueño la frontera de tus labios,
la línea marginal de mis pasiones,
donde nace la palabra y vive en verso
donde nacen los poemas del silencio.
Sueño con la luz de tus pupilas,
con el jade y la amatista de su entorno,
donde nacen esos néctares benditos
donde nacen las sirenas de mi vida.
Sueño tus cabellos de azabaches
fulgores donde brotan cada noche
las notas de la incierta melodía,
tañidas por el alma de las manos.
Sueño con la fuente inagotable
que arrastra el pensamiento y la cordura
que vive entre tus pechos y provoca
la muerte del amor incorruptible.
Sueño cada noche en mi pecado,
pecado de beber en tus torrentes,
pecado de explotar tus ilusiones,
pecado de saberte desarmada.
jueves, 9 de octubre de 2008
DEJAD A LOS CHIQUILLOS SU INOCENCIA
Dejad a los chiquillos su inocencia,
dejadles con sus juegos y sus sueños,
dejadles, que no entienden nuestro infierno,
dejadles que disfruten su pureza.
Dejadles que esta guerra no es su guerra,
dejadles que no entienden del imperio
dejadles, que no escuchen nuestros ecos
que siembran esta patria de vendetas.
Dejadles, que no entienden de grandezas
dejadles, que no entienden de los muertos
que yacen hacinados en suelo,
dejadles que no entienden de reyertas.
Dejadles que son niños de mi tierra
de la tierra que dejaron mis ancestros
dejadles, no les deis vuestro veneno
dejad a los chiquillos su inocencia.
ESCONDIDO EN UN SALIENTE DEL ABISMO
esperé, tal vez confuso, tu llegada
y esperando a encontrarme en tu mirada
solo hallé un vulgar reflejo de mi mismo.
Así fueron tantas horas, sin sentido,
el suplicio, la condena de mis noches,
el verdugo de mi amor que, en un derroche,
fallecía de sus sueños abatido
Quise hablarte y mis palabras no salieron,
escribirte fue tarea irrealizable
por hallarte tan lejana e inalcanzable
que mis versos de camino se perdieron.
Ante un folio de amarillo envejecido
pinto líneas simulando mi camino.
Ni una sola lleva claro mi destino
y, ya viejo, voy a darme por vencido.
Aferrado a este saliente del abismo
muerdo el eco de mis gritos apagados,
muerdo el llanto y de mis labios apretados
nace absurda una amplia mueca de mi mismo.
LAS FAROLAS DE OCTUBRE
Las farolas de octubre,
danzan como espectros,
dando vueltas a la plaza.
Cristalinas lágrimas de lluvia
tejen las redes de vidrio
que van lamiendo tus pies.
Lloras emociones
por tus cabellos adormecidos
y piensas en los húmedos fracasos
que recuentas una y otra vez
con tus dedos de angustias ateridas.
Anclada con la cadena del deseo
a esos charcos de aguas insolentes
seguirás gritando al mundo
tu libertad provocadora,
pero el mundo no te entiende.
Seguirás esperándole como una gata en celo
hasta bien entrada por las puertas de la noche.
Siempre llega tarde.
Y siempre húmedo de alcohol.