Olvidada de tu dueño,
que quizás nunca tuviste,
duermes sueños polvorientos
de agrisado anonimato.
No se sabe de tus lares
ni el lugar donde naciste
ni de quienes han forjado
esas formas que ahora luces.
¡Cuánta historia itinerante
guardarás entre tus micas!
¡Cuántos golpes, cuánto olvido
en tu vida sin prestigio!
Marcharemos, caminantes
incansables, de la vida,
y hallarás en tu veredas
nuevos pies para el tropiezo.
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