Tu mirada…
¡ah! Cúmulo de sensaciones,
mar abierta de aguas turbulentas
que me acuna dulcemente,
horizonte salobre y plata
que se adorna de destellos impacientes.
Tu mirada…
De turquesas picaronas, cautivantes,
de misterios esmeralda que navegan
en un mar de sensaciones amorosas,
de deseos que hacen fértil
el amor que está naciendo.
Y tus labios…
Esos granas que perfilan tu palabra,
esos granas que susurran verso puro,
esos granas que me incitan a besarlos
y que esperan temblorosos ser besados.
Esos granas que provocan mi locura.
¡Oh, tus labios!
Ese cúmulo de aromas insondables
que me arrastran a perderme entre tus brazos,
que se ahondan en mi alma con poesía,
que limitan mi conciencia y mi destino
y me arrastran inconsciente hasta tu vida.
Y tus manos…
Esa fuente de placeres infinitos,
seda y miel, que recorriendo mis rincones,
me transporta a un universo donde habitan
las sublimes percepciones del deseo.
¡Ah, tus dedos musicales, tacto y oro!
Y tus manos…
Agradable seda que me invita en un impulso,
que provoca en mí un estadio irrepetible,
que me lleva al mundo de la líbido excitante,
y que borra de mi mente los recuerdos
para ocuparla solamente de tu imagen.
Tu… solamente tu.
Tu y tus pasiones
y tu anhelo
y tu alma enardecida.
Tu… solamente tu
y conmigo entre tus redes,
arropado en un abrazo
y apresado en tu sonrisa.
Tu… solamente tu.
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1 comentario:
cadencioso el poema, sería un placer escucharlo en tu voz, los españoles tienen un noséqué leyendo, y si a eso se le agrega música de fondo, uf...
besos desde Chile, Ro
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