He sentido ayer vergüenza de mi vida
por quererte y no saber como expresarlo,
por los besos que se fueron al pasado,
por las noches que en el mar yacen hundidas.
He sufrido la vergüenza de negarlo,
la vergüenza de dejar en el olvido
el amor tan fuerte que por ti he sentido,
amor que antaño murió y fue sepultado.
Desgraciado el “que dirán” que me ha acosado
contemplando nuestro amor que se moría
lentamente, de hora en hora, día a día,
convirtiéndose en la historia del pasado.
Me arrepiento, mas me doy ya por vencido,
esta lucha es lucha vana y ya perdida
y es tan grande y tan sangrante esta mi herida
que no quiero ya sufrir lo que he sufrido.
Y es por eso que te digo, vida mía,
que perdones mi pecado y que me olvides,
fui un esclavo miserable de estas lides,
amparado solamente en cobardías.
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