Cuando el mundo no tiene color,
cuando la noche está huérfana de estrellas,
cuando la luna llora con sus lágrimas de estaño,
cuando el sol se pierde en el horizonte,
cuando los árboles pierden su verdor,
dejan melancólicos recuerdos
recordando que no estás.
Cuando las luciérnagas penetran la negrura,
cuando los grillos gritan afonías,
cuando las ranas croan en silencio,
cuando los trinos duermen en aleros,
cuando las flores mueren cabizbajas,
dejan el dolor agudo de tu ausencia
recordando que no estás.
Cuando la vida pasa indiferente,
cuando ya no quedan arco iris,
cuando las nubes agrisean en el cielo,
cuando vuela bajo el negro cuervo,
cuando la paloma vuela sin retorno,
dejan el aroma de tus besos
recordando que no estás.
Cuando el silencio se hace grito,
cuando la noche muere insomne,
cuando las horas se desgarran en retrasos,
cuando el día nunca viene con el alba,
cuando muere el corazón y se desangra,
dejan los jirones del pasado,
recordando que no estás.
Y aquí te esperaré, como los mares
esperan el abrazo de los ríos,
como esperan las arenas dormilonas
esos besos de las olas cariñosas.
Aquí te esperaré, como ese árbol
espera la embestida de los vientos,
como esa roca carcomida de año en año
espera el arañazo de las aguas.
Aquí te esperaré…
aquí te esperaré hasta que vuelvas…
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