Persigo fantasmas
en esta tarde de lluvia,
atado a mis cadenas
y descolgado de ilusiones
y proyectos moribundos.
Con el alma acallada y aterida
arrastraré mis vaguedades
sembrando de lágrimas
el terreno baldío
donde he dejado
cercenadas fantasías
y castrados pensamientos.
Y así hallaré mis mañanas,
desposeído de anhelos
y deshauciado de alegrías,
en un horizonte de lirios cortados
y rosas bañadas en sangre,
sabiendo que este mundo
teje crueldades y miserias
y tapia de negro las puertas
por donde fluyen
los resquicios de tu alma.
Al oir el murmullo de la lluvia
yo sé que estás ahí,
exhalando tu hálito en la bruma
envuelta en gasas de nostalgia
y huyendo de un pasado de extravíos.
Siempre estarás ahí,
atada a mi recuerdo desgastado
y llamando a la puerta de mis labios.
Siempre estarás ahí…
aún cuando ya no estés.
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1 comentario:
Es grato leer tus versos donde asoman los fantasmas del recuerdo que a mi alma inquietan y hacen que afloren en mi, recuerdos. Besos, cuidate.
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