La ribera fue testigo…
… y aquella alondra.
Aún resuenan los clarines
y el murmullo de la hierba…
Un desfile anochecido
de silencios benditos
tocó de bruces nuestros sueños
y, tras una confesión de manos
y un enredo de incongruencias,
(embriagados ya de besos),
el cielo cayó en las sombras
desarmando a la razón.
Se tejió una telaraña
y ambos, hartos de sorpresas,
perdimos la inocencia…
… y otras cosas.
Allí nací contigo…
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2 comentarios:
En aquella telaraña se tejio este poema amigo. Lindo poema. Cuidate, besos.
Buen poema
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