Sobre el azul de nuestra calle
una luna triste llora lágrimas grises
y, vestidas de silencio y mansedumbre,
las piedras huyen en tapias,
doblando esquinas hacia el mar,
hacia el mar que tanto amabas.
Me pesa este recuerdo,
hasta me oprime,
cuando el árbol de tu nombre
abre sus brazos verdes y me llama,
con sus hojas desdentadas
y sus pies humedecidos,
a un beso amargo de labios muertos.
Si, me pesa este recuerdo, tu recuerdo,
cuando el mudo banco del paseo
me hiere con el hueco de su hogar vacío,
cuando muestra sus tablas
con la desnudez que asusta
e impasible continúa contando días
y llorando noches,
ante la palmera de tu sangre
pero sin ti.
Me aterra este recuerdo,
me aterra y me consume
cuando hacia mi llegan
las cuencas vacías de las aguas,
y traen tu color desvanecido
envuelto en los olores del salitre.
Me puede este recuerdo
cuando cada noche, me vuelco en el pasado
y me revuelco en cada instante
sobre el lodo doloroso de tu ausencia.
Cuando los pájaros del miedo
me sobrevuelan
y anidan en el balcón de la muerte,
donde sin remedio acabaré asomado
en un postrer intento de alcanzarte.
Me puede este recuerdo y su humedad viscosa
que me lame y me relame
en la absurda ceremonia.
de lo que es vencido y olvidado.
No, no quiero olvidarte
y por eso me aterra este recuerdo,
me aterra porque en el lago del olvido
se van ahogando los recuerdos.
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2 comentarios:
Que no te aterre los recuerdos
los recuerdos son para recordar momentos de felicidad
los tristes dejarlo atrás
Gracias por tu visita
Saludos y feliz finde
Comprendo amigo, se que ha recuerdos que aterran. Carlos, cuidate, te dejo un beso.
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